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viernes, 15 de junio de 2012

De RUBÉN

No es este el medio, ni las formas para felicitar a alguien por su cumpleaños, lo sé. Pero si hay algo que he aprendido con el fluir de los años, es que la palabra escrita es lo único que no se borra. Con algo escrito puede establecerse un dialogo con el pasado, y eso es lo que nos ha permitido ser mejores, evolucionar criticando actos pasados.

Y curiosamente no puedo criticar nada que hayas hecho, y por contra si puedo alabar cientos de cosas. Recuerdo a la perfección nuestro primer saludo, nuestra primera conversación (sobre hombres que le hacian cosas ignominiosas a perros), recuerdo que hasta el MCdonald frente al puente San Telmo tenía unos andamios y tuvimos que movernos un pelín, ahí fue la primera vez que te miré el culo (ibas delante, no pienses mal ni cierres la puerta de la habitación.

Lo único que puedo lamentar con respecto a ti, es no haber intensificado la relación desde el mismo segundo en el que te conocí. Pocas personas hay como tu y por eso eres tan especial. Si el mundo estuviera lleno de Rubenencios ningún Rafaeli acosador podría hacerme fruncir el ceño, y la única música que escucharía sería la risa. Para finalizar solo decirte que muchísimas felicidades por aguantar 365 días a que este loco mundo haya dado otra vuelta, parece poco, pero no lo es. Tambien darle gracias al Azar por forzar nuestro encuentro, por cada segundo pasado contigo doy las gracias. " Si la distancia es el olvido haré puentes con tus abrazos."

1 comentario:

  1. Cuando unas palabras generan alegría y tristeza, y además en grandes dosis, lo primero que se produce es una revolución en el pensamiento.
    Alegría por saber que alguien te aprecia, alguien a quien uno tiene en muy alta estima, y alguien que sabes que rebosa humildad, sabiduría y sensatez.
    Tristeza, o más bien temor, por miedo a que los buenos ratos se reduzcan, por la distancia o por no haber sabido aprovechar lo suficiente el tiempo pasado.
    Sin embargo, no le quepa duda de que ''si he de mover montañas que en mi mente no me dejen verte'' haré cuanto esté en mi mano por incordiarlo y que tenga que seguir soportándome en algún que otro momento, para su pesar.

    P.S. Conste que ha sido la mejor felicitación que mis neuronas y otras partes de mi cuerpo recuerden.

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