En estos días de zozobra, se escucha en televisión, radio, periódicos, en definitiva, en ese gran poder que es la comunicación, la palabra "Heroe". Una palabra que suele aludir a aquella persona
que pone en juego una parte de si mismo, lo hace desinteresádamente y por los demás, sin importarle lo que pueda pasarle. Pero en estos días,no de crisis y si mas bien de decadencia, se usa para describir a un crío que gana en un solo año lo que no serás capaz de ganar en diez vidas de duro trabajo, solo por hacer lo que los niños de todas partes de esta piel de toro, hacen en los recreos, que es darle patadas a un balón.
Las palabras pierden su significado en cuanto se aplican sobre lo contrario. Si una palabra significa lo que es y además su opuesto nos sobra la mitad del diccionario.
Quizás así, quitando palabras, reduciendo el lenguaje, contribuyamos a minorar el fracaso escolar, ya que este es relativo. Si bajamos la vara de medir habrá menos suspensos
si reducimos el lenguaje será mas sencillo aprobar.
La vocación de futuro ha sido erradicada, ocupando su lugar un presentismo que nos hace menos humanos y mas animales. Esa capacidad tan envidiable de que nuestros pensamientos puedan viajar en el tiempo, hacia un futuro lejano y predecir o preveer una situación concreta nos hace distintos. Nos hizo hace mas de un millón de años lograr salir del valle del Rift. Nos hizo estar donde estamos. Pero ahora, con una capa de ozono que no puede ser parcheada, con unos niveles de destrucción que el mundo no recuerda, con unas diferencias sociales que no se ven desde los años 30. Con todo eso, nuestra mente solo tiende a lo sencillo, a lo cómodo, al presente mas inmediato, que se nos presenta con un marcado caracter bifronte, por una lado una sonriente final de Copa de Europa en el sofá, por otro la necesidad de informarnos sobre quién es quién en las elecciones europeas.