Otoño

Ya hace tiempo que el otoño dejó mis labios desprovistos de sonrisas. Una a una fueron cayendo, una vez llegado el invierno todo entró en una especie de letargo y allí continuan en lo más profundo medio dormidas, tratando de hacer un fuego con los recuerdos que durante años se agolparon y la costumbre de esos instantes mágicos fue privándoles de tal mérito.

Se que hay un camino, tanta y tanta gente lo ha recorrido antes que sus pies han debido de dejar algo marcado, pero hay caminos que van directos a una casita de chocolate en lo más perdido del bosque, lejos de los problemas y tambien lejos de todo lo que amábamos. Tal vez sea mejor no hallar nunca el camino y seguir vagando con la ilusión de encontrar lo que ni sabía que estaba buscando, pues descubrir que un instante lo cambia todo, no tiene precio.

Ya ha pasado el tiempo y los recuerdos pueden volverse holgazanes y para ello nada mejor que decorarlos con el pincel de un sueño úcido, para así ir restaurando los borrones que dejaron las lágrimas en el alma. El olvido es tal vez el mayor de los deseos de muchos aprendices, pero los maestros son aquellos que han descubierto que esforzarse en olvidar es como matar a besos, conseguiras justo lo contrario.

"La Nada" finalmente se llenó con todo y ahora ahí queda, custodiando sueños y recuerdos.

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