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lunes, 26 de noviembre de 2012

Octium Vs Nec Octium

Antes, ahora y siempre ha habido gente que ha podido dedicarse por una u otra razón al ocio. Es decir, a ese cúmulo de actividades que les realizaban y les gustaban. Si lo miramos con el prisma actual el ocio no es otra cosa que un ladron de tiempo, un villano que se introduce en nuestra casa para robarnos lo más preciado que tenemos, lo que de seguro que nunca podremos recuperar.

Los antiguos romanos lo denominaban Octium, situandolo como esos momentos mágicos en los que la sonrisa no puede desaparecer de nuestra cara. Pintar, escribir, leer, pasear, dedicarse al ejercicio de la política...requerían todas estas actividades de un respaldo económico importante que permitieran al sujeto en cuestión poder realizar todas estas actividades.

Lo contrario a ellas se denominaba Nec Octium, de lo que derivaría nuestra palabra, Negocio, que significa no tener ocio. Sería el Ocio por lo tanto un privilegio de aquellas clases mas pudientes, aquellas que podrían dedicarse al cultivo de su mente y por lo tanto, en general, podrían dedicarse al desarrollo de las ideas humanas. Mientras ellos se convertían en unos importantes literatos, el resto de la población quedaba sumida en un aborregamiento tremendo, donde su cerebro le incitaba unicamente a comer y no a formarse. Pues donde no hay pan no puede haber tiempo para los libros.

Por lo tanto a los gobernantes, a estos que se dedican al ejercicio de la política les convenía que los mas desfavorecidos quedasen sumidos en un hambre perpetua de la que no pudieran escapar, para de ese modo, en las elecciones a Consul entregarles unos cuantos puñados de trigo a cambio de votos.

Pero los tiempos fueron cambiando y la plebe se sublevaba. Los mecanismos fueron otros, era preciso dignficar al votante o el votante te dignificaría el cuello a patadas. Promover el empleo facil y rápido es una forma mas de control es eliminar del Octium a la gente, impedirles cultivar su mente durante los años "mozos", esos años en los que eres como una esponja que todo lo absorve, para darles un Nec Octium, un negocio que les impidiera cultivarse y que en cierta medida tambien actuaba como repelente de manifestaciones.

Una de las grandes lacras de la sociedad actual ha sido y será permitir que a determinadas edades pueda ejercerse una actividad reumunerada por parte de los menores de edad, los aleja de la escuela, los aleja del pensamiento crítico y los coloca en la vía del conformismo, esa vía asfaltada antes con billetes de 500 y ahora de 5 €.

Aun recuerdo la época en la que compañeros de clase, con 16 años dejaban la escuela para irse a trabajar a los albañiles, al cabo de unos dos años tenían casa, coche, niño y todo lo que pudieran desear, pensando que duraría para siempre, cuando era evidente que no.

En otras zonas de España, donde hacía falta mano de obra en la fábrias ocurría algo similar, los menores se lanzaban sobre las promesas de un futuro garantizado en la industria, mientras que daban por completo de lado su formación académica. En este caso no es que no tuvieran tiempo tras el trabajo para dedicarle un par de horas a leer un libro, lo que ocurría es que disponían del dinero necesario para darse el privilegio de tener los libros como decoración.
















































































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