Vistas de página en total

martes, 6 de noviembre de 2012

La gente es increible

Ayer me decidía a dar una vuelta, un paseito tranquilo, pensando en mis cosas. Le di un repaso a casi todo cuando de repente una imagen que no me esperaba para nada truncó mis pensamientos y me hizo virar del pesimismo al optimismo.

Los vientos risueños vinieron de la mano de un señor que pasaba en bicicleta junto a mí. La bicicleta apenas levantaba 40 cm del suelo. Tenía tres ruedas y la persona en concreto iba tumbada, llevaba sus casco y el pedaleo lo realizaba con la manos. Llevaba su mentón pegado al pecho para poder ver algo por encima del manillar.

El personaje en cuestión es una persona que sufrio parálisis en las piernas, no se si fue por accidente o por alguna enfermedad que lo dejó en ese estado. Lo cierto es que este individuo siempre fue una persona vital, le gustaba el deporte, a pesar de quedar tirado en una silla de ruedas decidio en su momento que debía sobreponerse a todo, que no podía dejar que un reves en la vida pudiera con él.

Lo único que pensé en ese momento es que nunca sabemos de lo que somos capaces hasta que algo malo nos sucede. Día a día vitaminamos nuestros problemas haciendolos crecer y nosotros nos debilitamos ante ellos. En la mayoría de las ocasiones estos problemas acaban engulléndonos, perturbando nuestras relaciones con los demás y de ese modo el problema crece y nosotros seguimos menguando.

Es por eso que me encanta poder ver el afan de superación que tiene el ser humano. Tambien en este largo paseo pensé en otra cosas. En muchos casos este tipo de personas se queda autocompadeciendose mirándose el ombligo, sin poder arreglar nada. Mientras que otros levantan la moral y la situan donde siempre debio estar, sentada junto al optimismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario