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sábado, 6 de abril de 2013

H2OZ. Videoclip.

Este videoclip lo que hace es acentuar mi desconcierto con respecto al rumbo que está tomando la banda. Tan pronto me dan la gran sorpresa con un excelente videoclip como Xanandra como me sacan esta cosa que no se demasiado bien como calificar.

La aparición del Sevilla al inicio del Video ya nos hace presagiar que nada bueno puede salir, algo cómico, eso si, pero bueno... Es como para ponerlo entre interrogantes.  No puedo negar que tiene muchísima gracia la "transformación que le han dado a los personajes de los comics" a nuestros heroes, los nombres son graciosísimos, así tambien como las indumentarias, pero... Creo que tuvieron algún mareillo mental y se creían que estaban rodando este videoclip para el disco de "Heroes de Pacotilla".

Y ya lo que no entiendo y que me acaba de rematar es porqué tiene que salir Txus siempre haciendo algo sexual. Desde el videoclip de "Hasta que tu muerte nos separe" lo recuerdo haciendo este tipo de patochadas y llamándose Txus di Fellatio. Cuando yo era más joven, un pipiolo que admiraba a mis ídolos sin criticar lo malo que pudiera hacer y justificándolo todo sin espíritu crítico pues me encantaba que hiciera este tipo de cosas, me hacía gracia e incluso lo hacían parecer mas "guay" ¿Se sigue utilizando esta palabra". Pero a día de hoy, visto desde una perspectiva no adolescente y con las hormonas mucho mas calmadas entiendo que determinadas escenas sencillamente sobran. Se perfectamente que Txus es así, se perfectamente que todo genio (como escritor) debe de tener su punto de locura, pero esa locura debería ser contenida entre las cuatro paredes de su casa y no sobrepasarlas, pues puedei nfluenciar negativamente a mas de un joven adolescente, que como yo en el pasado admiraba e idolatraba a Txus.

Mi mayor deseo es que los alardes de los que hace gala la canción, no sean solo alardes y verdaderamente puedan volver a unos orígenes rockeros, pero sobre todo, a unos orígenes donde la locura no desbordó, se mantenía en su justo medio. En ese terreno mágico y fertil, localizado en una delgada frontera, que se llama genialidad.

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