En la Historia, así como en la vida precisamos de una ideología a la
que agarrarnos, algunos lo llaman epistemología, defendiendo que sin
ella, sin un férreo desarrollo interno de nuestra mentalidad no podremos
entender la realidad. Encontramos de este modo distintos métodos para
aproximarnos a la interpretación de la realidad, pero nunca a la
realidad misma. Es una vieja necesidad humana la de convencer a los que
nos rodean de que nuestro modo de pensar es el correcto, para ello desde
siempre se ha usado el arte de la retórica, que como todo arte es
susceptible de una interpretación de caracter subjetivo, de este modo el
verdadero arte de la retórica es convencer a nuestro interlocutor de
que nuestro pensamiento es el correcto.
El arte de la
retórica comenzó en la antigua grecia, me gustaría señalar los primeros
compases de la conquista romana de Grecia. Roma, un pueblo bárbaro y con
escasa cultura si lo comparamos con Grecia sabía que precisaba de los
conocimientos griegos para continuar avanzando. De este modo los teatros
se llenaban de romanos ansiando escuchar las enseñanzas de los griegos.
El griego llegaba y se colocaba justo en medio del teatro y daba un
argumento, convenciendo a todo el mundo de que lo que había dicho era la
verdad, inmediatamente despues, tras acallar los aplausos volvia a
comenzar una argumentación, justamente la contraria volviendo a
convencer a los romanos de una realidad diametralmente opuesta, lo que
sucedía despues era el linchamiento público del griego, pues era
considerado no un docente y si un mentiroso que quería engañarles.
Los
Romanos, un pueblo poco avanzado en ese sentido. Un pueblo sin el
método socrático de enseñanza, un pueblo con métodos de enseñanza mas
parecido al nuestro que a los proclamados por los filósofos griegos. La
retórica como arte y no como modo de adoctrinar era la esencia, el
vértice articulador, sin embargo, por contra el método socrático podría
ser considerado uno de los pilares básicos para la enseñanza, puesto que
las respuestas surgían de un modo natural del interior mismo del
alumno, que podía aprender solamente con las preguntas dispensadas por
su maestro.
A día de hoy la única relación que
poseemos con el método socrático se da cuando nuestros niños pequeños
nos preguntan de manera incesante el "por qué" de las cosas, sin cesar
en su empeño hasta colocar nuestra cabeza del revés. La enseñanza viene
dada de este modo de manera externa, no pregutamos el motivo de las
cosas, no nos cuestionamos, pues las cosas son como son y nadie puede
ponerle solución.
A día de hoy nadie se pregunta en
que medida somos culpables de nuestra situación actual con mas de seis
millones de parados, nadie vuelve la vista atrás pensando en que se
podría haber hecho para parar este desastre que no se detiene. Nadie
vuelve atrás porque es mas facil vivir una dulce mentira que una cruel
realidad. Y la realidad es que nosotros mismos hemos sido los que hemos
consentido llegar a este punto los que hemos consentido y propiciado
este derroche.
Despensa y escuela es lo mas necesario en este país en este preciso momento. La gente pasa hambre, la gente pasa necesidad y aquellos que aun nos sostenemos por nuestros propios medios preferimos continuar con las actitudes que nos han llevado a esta debacle, en lugar de tratar de ponerle remedio. Hay en Sevilla una calle que es Ronda de Triana que siempre me ha llamado mucho la atención y que me sirve para hacer una comparativa. La susodicha calle es estupenda, un lugar ideal para vivir, en pleno corazón de triana, un lugar casi mágico y que aparenta además un elevado nivel de vida. Sin embargo en cuanto nos adentramos a calles paralelas a la susodicha calle encontramos algunas casas medio en ruinas, calles mal asfaltadas, etc. La riqueza está mas cerca de la pobreza de lo que pensamos, pero seguimos construyendo fachadas lujosas para ocultar la miseria que se esconde tras ellas y nadie se pregunta ¿por que?
No hay comentarios:
Publicar un comentario