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martes, 19 de marzo de 2013

Los Maestros

No es nuevo lo que voy a decir, sino recuerdo mal esta discusión fue objeto de otro post hace ya algún tiempo, de tal modo que no me extenderé.

Durante estos días en los que he permanecido ausente por mi pequeño accidente doméstico se han sucedido multitud de cosas sobre las que me hubiera gustado reflexionar del mejor modo que se puede y es escribiendo. La escritura permite por la lentitud con la que se produce establecer una reflexión más seria, mas detenida y sobre todo mas coherente, además de permitirte mantener un diálogo contigo mismo dentro de un tiempo, gracias a ese dialogo podrás comprobar si has cambiado mucho a lo largo de ese periodo y cual ha sido la evolución de tu pensamiento a lo largo del tiempo.

De este modo vamos a hablar un poquito sobre lo acontecido en los últimos días con los Maestros, en concreto con sus oposiciones. Se habla que en la Comunidad de Madrid se hizo una prueba de cultura general y el 80% de los opositores suspendió dicha prueba, el resto, los aprobados tampoco sabemos que nota sacaron, pero me atrevo a vaticinar que ni mucho menos fueron notas elevadas.

El examen de cultura general era treméndamente general, demasiado diría yo. Son preguntas que un niño de 12 años debería responder con total facilidad, preguntas como la ya famosa ¿Qué es una gallina? que la respuesta a este intrincando planteamiento sea "un mamífero" creo que es del todo terrorífico. Mas miedo me causa incluso las respuestas que dan los futuros "maestros" de nuestro país, "fueron a pillar". ¿En serio? no se como tienen la cara dura de decir esas cosas, a pillarles, claro que sí machote. Se ve que no atendieron mucho cuando en primaria los llevaron a la granja escuela para que vieran a los bichitos. ¿De que se pensarán que son los huevos que aparecen en su nevera?

Tambien tenemos preguntas de geografía, que quizás son un poco mas complejas, sobre todo cuando te preguntan que porqué provincias pasan determinados ríos, vale que falles en la provincia, pero en la Comunidad Autónoma... eso no se puede hacer.

La gran incógnita es ¿como una persona que no sabe está capacitada para enseñar a otra? La respuesta es bien sencilla, no puede. Es que no se puede, de ahí el fracaso escolar que tenemos a día de hoy. Un fracaso que viene de esos momentos en los que los profesores se sentaban con el libro y lo leían en voz alta y lo seguían como si fuese un manual de montaje de un mueble del Ikea, paso a paso y si les preguntas una duda te lo vuelven a leer. Es cierto que la principal habilidad de un docente debe de ser la transmisión de conocimientos, pero para transmitirlos primero debes de conocerlos y conocerlos a la perfección, no puedes exigirle a tu alumno que memorice algo que tu no piensas hacer.

Creo sinceramente que el bajo nivel de los docentes en nuestros días se debe tambien al modo de seleccionarlos para la universidad, notas demasiado bajas para los que deben ser los moldeadores de mentes, uno de los trabajos que junto al de médico más admiración debe despertar. Finalmente se meten en magisterio toda aquella persona que no sirve para otra cosa o que sencillamente no sabe que hacer. Las facultades de magisterio se han multiplicado como esporas y tenemos al menos una por cada provincia y en ocasiones hasta varias dentro de la misma provincia (públicas mas privadas).  De este modo se facilita el acceso a gente que a pesar de llevarse muy bien con los menores, de tener las mejores intenciones no sirven como docentes porque no son capaces de memorizar lo más básico.

Parece que estoy denigrando la profesión de maestro o incluso que estoy atacando al 100% de los profesionales de este sector. Ni mucho menos, como he dicho antes la profesión de docente es de las más dignas y una de mis favoritas. Y conozco a multitud de personas que han superado la carrera de magisterio con una capacidad mental que para mí quisiera y con una habilidad para tratar a los niños totalmente envidiable. Esas son las personas que yo quiero para educar a mis niños. Lo que no quiero, ni puedo tolerar, es que alguien con unos conocimientos limitados a sumar y restar se encargue de formar a las futuras generaciones.


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