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domingo, 3 de marzo de 2013

Escombros.

Hoy ha sido una de esas noches en las que la veda se abre a esos pensamientos que rasgan el alma y la violan con una pesadilla. El frío del invierno fue fiel compañero de sueños que necesitaban cobijarse a la lumbre de un amor y quedaron helados por una fría mirada.

Se excitaban los recuerdos, se tocaban lujurioso y como no podía ser de otro modo, se acabaron mezclando haciendo que el miedo, la inseguridad y el hastío se convirtieran en uno solo. Si se hubieran quedado quietos, si hubieran permanecido cada uno por separado sin conocerse, tal vez y solo tal vez en una misión quijotesca podría mi valor lanzarse contra los innumerables molinos, pero los molinos se congregaron y se convirtieron en un solo gigante que me tapa el sol y no me deja ver su luz.

Tengo miedo, miedo no por tí, miedo por mi. No es egoismo, es tan solo que tengo la sensación de que he perdido parate de lo que antes era, una parte que me hace ser quien nunca he querido. Y esa parte que he perdido es precisamente la que le ha abierto las puertas a la idea mas atróz que puede tener el hombre con respecto a otra persona. "Que para que nada nos separe, mejor que nada nos una." 

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