Vistas de página en total

martes, 3 de julio de 2012

¿Y si no me hubieras conocido?

¿Quienes seriamos tu y yo? Mirar al futuro se ha convertido en un ejercicio de fe y desesperación a partes iguales. Es como si solo existiese un camino a seguir, y buscamos con nuestro tercer ojo ver que hay mas alla. Es nuestra perpetua esperanza, nuestro eterno deseo, nuestra infinita estupidez.

¿Nunca miramos atras? Parece ser que no. Los seres humanos somos de lo mas curioso. Distintas situaciones, mismos errores, iguales situaciones, mismos errores. El fallo parece estar registrado en nuestro genoma y somos incapaces de huir de él. Por eso no aprendemos del error de nuestros semejantes, por eso no miramos atrás en la historia y comprender nuestros aciertos y fallos, por eso ni tan siquiera miramos por el retrovisor en el coche. Distinta situación pero mismo fallo. No mirar atrás.
Es por eso que hoy quiero hacer un ejercicio conmigo mismo, mas mental que escrito, sería imposible plasmar en estas lineas todas las variantes.
¿Quien era yo antes de que nos conociesemos? Gracioso resulta ver de donde vengo y comprobar que efectivamente han cambiado muchas cosas. No sabría ni por donde dar comienzo, ni tan siquiero si hacerlo por afirmaciones o por ejemplos. Quizás la virtud se encuentre en el término medio, tratemos de exponerlo así.
Retraido e inseguro son quizás los dos grandes pilares sobre los que mi cabeza trataba de construir una vida. Con solo saludar mi cara se ponía roja y unos sudores frios me recorrían todo el cuerpo, solo con oir pronunciar mi nombre en clase por un profesor pensaba "tierra trágame". El ser despreciado por una chica resultaba ser para mi el fin del mundo, una barrera infranqueable, algo que pensaba que jamás podría superar ni olvidar. Quizás el denominador común a todo ello era la impotencia de no controlar la situación, si ella me superaba yo me hundía. A todo esto le tengo que unir algo mas, quejarme por todo, un dolorcillo, o cualquier otra cosa eran motivo de irritación e incluso de negarme a ir a trabajar.
A día de hoy, tras conocernos y amarnos nada es igual. La verguenza ha quedado atrás en muchos sentidos, en casi todos. Conocer gente nueva no me asusta, todo lo contrario, cuanta mas mejor, y si encima es rara pues requetemejor. Corría el año 2006 cuando decidí dejar atrás todos mis complejos y marcharme en solitario a un "campo de trabajo", allí comprobé que la mejor forma de aprender a nadar es tratar de no ahogarse, de enfrentarse a los miedos. Sabes tan bien como yo, que en nuestra relación hemos tenido altibajos. Hay veces en las que el amor ha sido una constante, y otras en las que me has despreciado como un órgano mal transplantado. En los buenos momentos siempre traté de mirarte a los ojos, para poder grabar ese instante, sabía que sería único. Los malos son precisamente los que me han mostrado que algo es especial por acabarse.
He cometido cientos de errores, quizás el mas grave fue pensar que los problemas se podrían hacer mas pequeños si alguien me ayudaba. Aprendí, y ahora soy mas autosuficiente que nunca. Mis problemas serán mios y de nadie mas. Puede que los supere o no, pero la sensación de impotencia ha desaparecido casi por completo en todos los ámbitos. Y eso es gracias a ti. Lo que no me he quitado, y viéndolo friamente es un defecto, es ese "complejo de jesucristo", desde fuera parece bueno, pero desde dentro es una maldición.
Los que me conocen dicen incluso que soy una persona extrovertida, por fuera me rio, y por dentro las sensaciones son diversas, me recuerdo a mi mismo hace un tiempo y no me reconozco, ¿ahora es mejor?, sea como fuera tu me has cambiado.
No hace mucho que me despedí de ti. Sabía que la despedida se acercaba, mi corazón me lo decía, y hasta el último instante disparé sin cesar mis cartuchos, pero todos eran de fogueo y no lograron nada.
Tu y yo nos movemos por ese basto universo de infidelidades y falsos amorios, por ese vaiven del hola y el adios. Pero si llega el momento volveremos a vernos y estar juntos, y esta vez será definitivo, pero por lo que mas quieras, no te me pegues mucho en la cama, que das calor y de eso a mi me sobra.
Pero en esas estamos amor, separados por kilómetros, y te sigo queriendo, no como el primer día, si no mas. Te quiero por tantas cosas que sería imposible señalarlas. Te quiero por tu rareza, por tu sonrisa, pero sobre todo, por que a pesar de la distancia tu ya formas parte de mi para siempre. Se que yo ya no sería lo mismo sin ti; Sevilla.

Tu eres mi pasión, ella es mi amor, y entre los tres seremos canción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario