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lunes, 9 de julio de 2012

Se acerca el invierno

Lo que pondré a continuación suena a paso atrás, a rememorar tiempos peores. Pero es que si lo pensamos friamente ¿no estamos pasando por malos tiempos? Esa es la realidad en la que nos hemos instalado y que parece que no queremos asumir.

El Estado, como Estado intervencionista que es, tiene la obligación no solo de estar presente y hacerse sentir, tambien la tiene, y aparece reflejada esta función en la constitución, que proteger al ciudadano contra las contingencias que puedan sobrevenirle. Los poderes públicos tienen que velar por el bienestar.

El problema está en que durante los años de bonanza hemos ido entendiendo el bienestar como una situación sobredimensionada. El bienestar asumido como desempleo prolongado, medidas para favorecer la natalidad, ley de dependencia. Y hasta aquí todo bien, el problema es cuando estas prestaciones dispensadas por el Estado son tambien otorgadas a veces sobre los mismos individuos por esos reinos de Taifas a los que llamamos autonomías. Y parece que no recordamos que el que paga impuestos en la autonomía es el mismo que lo hace en el Estado, no son dos personas distintas, y el que el que recibe la ayuda de distintos entes tampoco es dos personas. Estoy totalmente conforme que durante las épocas de expansión económica comiencen a darse políticas que mejoren sustancialmente la vida de las personas, que la faciliten, que permitan la conciliación de la vida familiar y profesional... Pero esas políticas cuestan un dinero, que es pagado entre todos. El bienestar ha sido entendido en los paises nórdicos como una situación en la cual las personas tienen trabajo, buena educación, sanidad... En España se ha entendido como desempleo, cervecita, coche, discoteca.

A continuación voy a exponer un ejemplo, de una amiga mia, que sirve perfectamente para ilustrar cual es el problema de este tipo de ayudas directas. Mi amiga en cuestión, quería irse a vivir con su pareja, pero no tenía dinero. Entonces estuvieron intentando tener un hijo durante el año 2006, para poder acceder a la ayuda por hijo de 2500 €. Cuando nacio la criatura cogieron ese dinero y efectivamente, se fueron a vivir juntos, pero ninguno de ellos trabajaba.Poco tiempo despues su pareja encontró trabajo a media jornada como repartidor, sin embargo estaba claro que eso no era suficiente para mantener una familia. Y aunque parezca mentira esos 2500 € que al principio parecían infinitos, se acabaron. Ambos tuvieron que volver por separado a casa de sus padres, y lo peor de todo es que con un hijo en común. Es por ello que estas ayudas tan directas, si no se han compatibilizado con una educación de alto nivel pueden derivar en este tipo de situaciones, en las que las personas deciden invertir estas ayudas, que en principio están enfocadas para una cosa, a otra finalidad bien distinta.

Algo similar ha ocurrido en la agricultura, con las políticas de ayudas promovidas por parte de la UE. Estas ayudas, las subvenciones, iban encaminadas a aportar un plus económico al agricultor para con ese dinero poder comprar maquinaria y aumentar la productividad de sus productos. Comprando maquinaria se eliminaría mano de obra, eso es cierto, siempre ha ocurrido así, pero esa mano de obra debería de ir destinada a la industria. EL problema ha sido el siguiente. Las subvenciones en lugar de ir dirigidas a maquinaria, han ido destinadas a que el terrateniente se comprase un par de cochazos y estuviese todo el día en el bar, o de capataz de sus hombres. Por lo tanto tampoco se liberó mano de obra. Eso, unido a la enorme importancia de la construccion y a sus elevados sueldos hacía que hubiera que traer mano de obra destinada a la agricultura desde el exterior. Con lo cual no solo no se liberó mano de obra hispana, si no que además se produzco un efecto llamada a otras regiones. Una vez finalizada la subvención (aun no), el agricultor se encontrará en una situación peor de la que estaba en un principio, en un mundo mucho mas competitivo, y que en este caso no podrá prestarle mas ayuda.



Me comentaba un amigo canario hace ya un par de años, que las Subvenciones en Canarias no se daban así. Si un agricultor quería comprarse un tractor u otro tipo de maquinaria, se lo compraba y desde las instituciones pagaban una parte de esa inversión, pero en ningún momento se daba una ayuda económica en forma de Euro, dirigida directamente al bolsillo. La subvención tendría que tener un reflejo físico que repercutriera directamente en la producción. Así si.

Es por ello que la extensión de las ayudas a los desempleados ha vuelto a prolongarse en el tiempo. Los 420 € se han convertido en la tabla de salvación de muchísimas personas. Alabo esta propuesta, pero tambien es preciso criticarla. Este complemento, ya no es contributivo y se da buscando la subsistencia de la persona, es decir. Se busca que la persona pueda comer y mantener a su familia. Hay situaciones en las que los 420 € se quedan cortos, en otras son adecuados y en otras situaciones van largos. Tengo un amigo que no mencionaré, que en su casa se cobran 2 desempleos y cuando se extingue 2 subsidios de desempleo y posteriormente la prestacion de 420 €, además de una pension vitalicia de invalidez. En un mes en esa casa entran cerca de 1500 € por no hacer absolutamente nada y son tres miembros.

Hay que volver a dimensionar esta situación. Quizas la mejor forma sea la de reducir estos 420 € a alimentos que el Estado compra directamente a productores españoles. Buscar que las necesidades básicas estén cubiertas. Con esto creo que además se evitaría en gran medida lo que sería la fuga de capitales hacia productos extranjeros y de reducida calidad, pues una familia que cobra 420 € tampoco puede

permitirse los grandes lujos de pagar algo producido en nuestro país. Algunos pensarán, que la gente tambien tiene que pagar el alquiler, pues esto tambien estaría resuelto con la gran cartera de pisos que entre otros tiene nuestro "banco amigo" Bankia. Que ahora recordemos que es del Estado, y que al igual que arregla y regala casas en barrios marginales, para que ellos roben una y otra vez el cobre. Tambien podría prestar durante X tiempo a familias que no roban el cobre y que verdaderamente lo necesitan, un hogar, aparte de darles el alimento que necesitan. A esto se podría ayudar con huertos urbanos. Algo que ya creo que he mencioando en una entrada anterior. En Sevilla, en el parque Miraflores, el ayuntamiento entregó en usufructo, a familias que lo necesitaban un terreno para que pudieran cultivar sus alimentos más básicos y con ello subsistir con más facilidad.

Suena a cartilla de racionamiento, suena a franquismo, suena a tiempo peor y a dictadura. Pero es que como dije al principio estamos en una situación mucho peor de lo que creemos. Este invierno será muy duro y como dice esa gran frase, por todos ya conocida, "Se acerca el invierno"

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