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domingo, 8 de julio de 2012

La Codorniz

Muchos recordarán, y otros estarán viviendolo. Los años de bachillerato. En los cuales nuestro profesor de Historia, nos hablaba en clase, de aquellas épocas, en las que una España convulsa, parecía querer acercarse a la estabilidad y prosperidad Europea. Sin embargo desde Europa se contemplaba con recelo la entrada de un país atrasado con respecto al eje franco-aleman, que poseía reducidos precios en agricultura y que además no era democrático.

Por lo tanto nos encontramos una España encerrada en si misma, que no obstante crecía económicamente, y que día a día iba sacando a mas y mas gente de la pobreza. Algo similar a lo que ocurre en China hoy día. No se trata de un régimen democrático, no hay libertad absoluta, ni nada que se le parezca, pero la gente va saliento poco a poco de la pobreza. Y me doy la licencia de comparar el régimen franquista con el comunismo Chino por pensar firmemente que lo que mas se parece a un tonto de derechas es un tonto de izquierdas.

Será por lo tanto en esta España que se encontraba mas vitalista que nunca, en el plano combativo, cuando surgirá una de las primeras revistas humorísticas de este país. La Codorniz. Se trata de una revista que como ya muchos sabrán está basad en el humor gráfico y literaro. Se publicó entre los años 1941 a 1978. Aun recuerdo con cierta añoranza, el primer ejemplar que tuve en mis manos de dicha revista, mi profesor de Historia nos comentaba que se llamaba a si misma "La revista más audaz para el lecto mas inteligente". Tras su desaparición, surgieron otras publicaciones que siguieron una linea similar El Papus, Hermano Lobo, Por Favor y El Jueves

Fue fundada la revista por Miguel Mihura, y posteriormente tomó la dirección Álvaro de La Igleisa. En la revista colaboraron gente tan prestigiosa como Miguel Gila, Mingote o el mismísimo Forges. Evidentemente la censura miró con lupa dicha publicación. Fue precisamente este estigma colocado por el régimen el cual la catapultó hacia un mundo de mitos y leyendas. Se hicieron famosas ciertas portadas que nunca llegaron a publicarse, e incluso quizás que nunca llegaron ni tan siquiera a diseñarse.

Estamos por lo tanto ante una revista reivindicativa, que buscaba en todo momento concienciar a la gente a través del humor. Y es que resulta que el humor dulcifica las cosas, pero tambien nos ayuda a prestarles atención.


En cuanto a los motivos por los cuales desaparecio podriamos decir lo siguiente.
Con la actual perspectiva, el resultado del análisis es otro: La Codorniz tuvo un talante definido y originalísimo con Miguel Mihura, que no aceptó a otros colaboradores que aquellos que seguían una línea humorística original y vanguardista, llenando con su multiplicidad personal los huecos precisos antes que dejarlos en manos ineptas; Fernando Perdiguero mantuvo esa mentalidad electiva hasta el fin de sus días, mientras hacía evolucionar el humor hacia niveles más cotidianos aunque sin perder un carácter de absurdo inteligente y experimentador.

Al mismo tiempo, como Mihura, se negaba a dar ingreso a quien no era capaz de sentirlo y transcribirlo: basten, para ejemplificar la severidad electiva de ambos periodistas, los casos de Camilo José Cela, que fue dado de baja entre los colaboradores por su divergencia con el humorismo que deseaban sus mentores, o el de Francisco Umbral, que vio rechazado su ingreso en el semanario.

Tras la desaparición de Perdiguero se relajó tan severa disciplina intelectual, se abrieron las puertas a las mil interpretaciones individualizadas y carentes de orientación unívoca de las nuevas firmas y el proyecto se vino abajo. La Codorniz tal vez continuara hoy en día una labor de ingenio sagaz y progresista, posiblemente circunscrito a sectores de elite y culto pero no por ello menos eficaz; sin embargo en su momento no se supo dar con el profesional adecuado que le confiriese la orientación pertinente, de modo que ha dejado un vacío hasta la fecha irrellenado.


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