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viernes, 7 de junio de 2013

Gran Hermano, el Futbol y la educación.

Estamos ante tres situaciones  totalmente distintas y a la vez parecidas que a veces son compatibles y en otras ocasiones se anulan entre sí .

Gran Hermano, ese monstruo mediatico surgido de una mente cuanto menos perversa cuya mayor ilusión era ver a un grupo de personas encerradas para ver como sus instintos primarios se desataban y lo adornó diciendo que era un experimento. El Show de Truman es un experimento, esto es una auténtica basura. Una basura que adoctrina a tanta gente como el que lo ve. Una basura que aún a día de hoy aglutina a muchos seguidores, que no obstante se sienten avergonzados cuando en círculos abiertos tienen que reconocer que ven este bodrio. Estamos ante un programa que se emite 24 horas al día y al que tienen acceso personas de todas las edades, incluidos por supuesto niños. Que por si no lo saben imitan cualquier comportamiento.

En cuanto al futbol...¿que decir de esto? cada día la cosa está peor. Y desde el mismo instante en el que un señor pisa un estadio de futbol pagando una entrada para hacer mas rico y engreido a un niñato sin educación está contribuyendo a la crisis de España. El otro día me crucé con Beñat y otro jugador del Betis por la calle cuyo nombre ahora no recuerdo. Solamente el coche, la chulería y el modo de hablar ya te tiran para atrás. Estamos hablando de personas que por darle cuatro patadas a un balón ganan millones de euros. Personas a las que se endiosa por encima de médicos, profesores o bomberos. Personas sin educación ni formación, personas que nosotros mismos convertimos en el ejemplo de nuestros hijos.


Y por último la educación, ese factor que antaño era determinante, ese factor que nos sacaría de la crisis, ese factor que se ha convertido en incógnita desconocida que ni está ni se le espera. Es cierto que hay recortes en educación, pero no todo en la educación por fortuna son billetazos, una mayor inversión no garantiza una mejor educación, aunque si ayuda a que esta exista y crea un ámbito propicio. En ocasiones veo que con menos inversión se podrían hacer muchas mas cosas si esa pequeña inversión se invirtiera en lo necesario y en lo que verdaderamente importa, no en portatiles para niños o pizarras digitales, recortar en eso no es un error, es un acierto y recortar en personal si es el error.


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