Caminaba yo el otro día por el campo cuando me encontré con un pobre caballo, en realidad eran dos pero solo tenía acceso a uno. El caballo se me acercó apacíblemente, estaba dentro de un cercado y se me queró mirando, las costillas se le marcaban en exceso y me daba mucha penilla.
Cogí unas pocas hierbas del camino y me acerqué a dárselas, ni corto ni perezoso el pobre animal se acercó y comenzó a comer "de mi mano".
No consigo entender como la gente puede tener animales para dejarlos solos pasando hambre.
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