Vistas de página en total

domingo, 6 de abril de 2014

Sobre la vida

La realidad es percibida por nuestros ojos, donde unos receptores  contenidos en los mismos interpretan la luz que reciben y la mandan directamente al cerebro para que este la interprete, (siendo escuetos y poco cienfíticos) a partir de ahí el cerebro elabora su propio concepto de la realidad.

Lo curioso es que una parte de nuestro ojo no posee esos receptores, con ello se sobreentiende que siempre hay algo que se nos escapa, algo que el ojo no es capaz de ver. Sin embargo este lugar oscuro y sombrio no es visto verdaderamente, no somos capaces de percibir ese lugar oscuro que nuestro ojo no es capaz de ver. Y es que el cerebro rellena esa oscuridad para hacerla visible, le da luminosidad pero lo que hace es rellenarla a su manera.

De este modo el cerebro a su vez rellena los vacíos de interpretación que tenemos sobre las personas que creemos conocer. Nunca llegamos a conocer verdaderamente a alguien y sin embargo el cerebro rellena esas lagunas del único modo que sabe, intuyendo con lo que se puede hacer.

En aquellos casos en los que queremos (del modo que sea) a una determinada persona, el cerebro acaba rellenando esos huecos con una ilusión, a menudo fantasiosa, una idealización, por denominarla de algún modo. Quizás es por ello que en ocasiones nos enamoramos no de la persona que tenenos enfrente, esa persona física a la que podemos y deseamos tocar, sino que nos enamoramos de ese concepto que ha sido completado por nuestro cerebro y que ha convertido a esa persona en nuestra mente, en alguien que sencíllamente no es.

A pesar de ello el mundo y las personas en general, se empeñan en recordarnos quienes son de vez en cuando, incluso lo llegan a hacer con relativa insistencia, pero esa barrera que nosotros mismos nos colocamos impide precísamente que lleguemos a conocernos verdaderamente los unos a los otros.

Nos empeñamos en que esa persona que está en nuesra mente es la real, esa es la de verdad y no aquella que de vez en cuando, al ser humana, nos decepciona constantemente. Nos acude a la cabeza constantemente un pertinaz "tu no eras así", lo lamentable es que si lo era, siempre lo había sido, pero nunca lo habíamos visto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario