Vistas de página en total

miércoles, 2 de abril de 2014

10 días en Inglaterrra

No puedo escribir ni dedicarle a este cutre-blog todo lo que me gustaría, quizás si pudiera tener algo mas de tiempo no sería tan cutre. De cualquier modo tengo claro que siempre podre en un futuro remodelarlo  pero no podré escirbir sobre cosas pasadas, por eso cuando saque un ratito de lugar escribiré algo.

 En esta ocasión hablaré brevemente en varias "entregas" sobre mi pasada visita a las islas británicas, una visita que tenía ganas de hacer desde hace ya bastante
Bajando del avión.
tiempo, pero que de nuevo por motivos de agenda no pudo llevarse a cabo.

En primer lugar como no podía ser de otro modo el billete me lo saque con la compañía irlandesa Ryanair, me gratificó bastante percatarme de que ya no ponen la musicquita esa al aterrizar, ni tampoco la gente aplaude cuando se realiza el aterrizaje, al menos se han puesto algo mas serios.

Pero como suele ocurrir en estos viajes ya no se puede elegir el asiento con lo cuál tu y tus acompañantes estareis esparcidos por todo el avión. De todos modos un billete por 29 euros es algo que se agradece. En el avión me tocó al lado de una niñita supermona y su simpática madre. Lo malo es que la niña quería ver a una cerdita Pepa pig o algo así, en el portatil de mama y esta se lo intentó poner, por fortuna para mí parecía que no quería funcionar, me preguntó si podía mirarselo pero con toda mi maldad y visión de futuro le dije que no tenía ni la mas remota idea de ordenadores, que lo que podía provocar es una explosión, mejor ni tocar ni nada de nada. De ese modo me libré de escuchar a una cerda mal dibujada durante las 2:30 horas que duraba el vuelo.

Llegamos al pequeño y acogedor, a la par que extraño, aeropuerto de Bournemouth, el tiempo no acompañaba, al menos para mi costumbre hispana, para ellos debía de ser un día cuanto menos normal. Desembarcamos en la pista y nos fuimos andando. La fortuna nos sonrió y el autobús estaba esperándonos en la misma puerta, pasaba cada dos horas, así que era una gran suerte. Por 5 maravillosas libras el bus te llevaba hasta la ciudad. Una burrada teniendo en cuenta que el bus de Málaga me costó solo 3 euros. Cierto es que no podía compararse un bus con otro. Dentro del mismo me percaté de la primera y extraña costumbre británica. El autobús solo tenía una puerta,  tanto para entrar como para salir, no ocurre lo mismo en los españoles, pues en estos una se usa para entrar y otra para salir, de este modo se evitan cruces. Otra costumbre rápida de ver es la de la televisión que te señala mediante cámaras del bus todo lo que hay alrededor de este.

Durante el viajecito que duró casi media hora (volvió al aeropuerto, algo que no me explico) paramos en varios lugares en mitad del campo, curiosamente se subía gente, nunca pude imaginar algo así. Por supuesto estaba lo de que los coches vinieran contra ti por el carril contrario, pero a pesar de la impresión era algo que me esperaba.

Llegamos a la ciudad, era ya de noche, creo que mas o menos serían las 7 de la tarde hora inglesa. Bajamos en la Square, ya se que es plaza en español. Pregunté cual era el nombre que tenía, pero nadie me supo contestar, era la Square, de hecho la llamaban "la plaza Square", o sea, la plaza plaza. Estaba oscuro y yo estaba bastante cansado, pero teníamos que ir a comprar algún que otro alimento para pasar la noche. Así que fuimos al Tesco, ese lugar donde los frigoríficos y la comida precocinada son los reyes. Básicamente compramos un pollo asado y para casa.

El camino se me hizo un poco largo, mis ojos de salmonete trataban de quedarse con el sitio para cuando tuviera que salir solo (pues iba con dos residentes de allí en cuya casa me alojaba). Todo oscuro, húmedo y encima ingleses borrachos por doquier, pero eso si, todo muy silencioso. Recuerdo que subía cuesta sin parar, venga arriba y arriba, no es que fueran pronunciadas pero si continuas.

Finalmente llegamos por fin al piso, o mas bien a la casa. Me llevé la desagradable sorpresa de que no habían comunicado que yo venía al resto de inquilinos, que no obstante me recibió relativamente bien. El lugar parecía agradable y mas o menos acogedor, el suelo crujía un poco pero rápidamente me subieron a la alcoba y me indicaron lo mas importante, donde estaba el baño.

Mañana o pasado seguiremos con el relato, supongo que será algo mas interesante.


No hay comentarios:

Publicar un comentario