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martes, 27 de agosto de 2013

Sobre Siria y la historia

Estamos asistiendo en los últimos tiempos a una situación compleja y extraña cuya rareza puede radicar en el fenómeno de la internacionalización. Para los nacidos a partir de la década de los años 90 este fenómeno internacional es lo mas habitual y tal vez la única realidad que han conocido. Sin embargo antes de esta fecha el mundo aparecía seriamente desconectado unido únicamente por algunos filamentos historicos. España sufrió durante casi cuarenta años un aislamiento extremo que la condenó a un atraso social, económico y mental.

Aún recuerdo con cierta añoranza aquellos mapas de gomaespuma que aún guardo de la vieja Europa. Mapas que muestran la antigua URSS, casi podía verse aún el telón de acero. El mundo dividido en dos partes, capitalismo contra comunismo. Oposición de lo que se nos quiso mostrar como contrario pero que en el fondo no era mas que el mismo perro con distinto collar.

El mundo se internacionalizó, la fronteras se diluyen, haciendolo con especial fuerza en la vieja Europa donde el pasaporte ya no se exige, donde la moneda es única y donde día a día parece avanzarse hacia el sueño de unos Estados Unidos de Europa.

Pero la internacionalización no es solo libertard de movimientos de personas, mercancias, capitales y servicios. La internacionalización se ha convertido casi en un mecanismo de movilidad moral un mecanismo que catapulta acciones armadas y que puede esconder intereses económicos. Fue quizás la Segunda Guerra Mundial la que rompió los tabus de que un país pudiese hacer suyos intereses ajenos, a ello debemos unir la fundación de la ONU en 1948. El mundo se hizo mas pequeño y al serlo tambien puede intervenirse en cualquier parte y rincón del mismo por las potencias que aspiran a dominarlo.

Siglos atrás los grandes imperios lanzaban a sus ciudadanos a una muerte segura por lograr un palmo mas de terreno, a día de hoy eso ya "no se lleva" al menos en el mundo que llamamos civilizado. ¿Para que queremos territorio?si por mucho territorio que tengamos podemos seguir siendo pobres. Es preferible una guerra económica a la que nos seguimos lanzando de cabeza incluso entregando nuestras vidas hipotecándonos de por vida en deudas que no podremos pagar.

La internacionalización nos lleva en este caso a Siria. País en el que se están dando todas las contradicciones que pueden darse en un mismo territorio, riqueza-pobreza, rebeldes armados-fuerza opresora, liberación-legalidad... Podríamos pasar así años  y no acabaríamos.

Por un lado puedo entender y compartir la opción de Estados Unidos, Reino Unido y alguna que otra potencia oriental y occidental de intervenir desde ya en Siria para posibilitar el avance rebelde. Entiendo que no se puede consentir que un señor por muy presidente que sea acabe con su población. Todo esto ante la pasividad de la ONU que desde que se inicio el conflicto ha tardado mas de un año en mover ficha, algo incomprensible a todos los efectos.

Pero por otra parte tenemos Egipto como gran comparación, país en el que no se interviene y es que EStados Unidos vende al año 1300 millones de dólares en armas a este país. Otro argumento en contra de la intervención es el que se me ocurrió el otro día mientras mantenía una animada conversación. ¿Que hubiera pasado si durante el franquismo nos hubieran invadido? seguramente habríamos respondido e incluso hablaríamos de potencia opresora y rezaríamos para que nos dejaran en paz con nuestros problemas, ya lo resolveríamos nosotros. Me hace pensar que en Siria un ataque extranjero puede posibilitar el aumento de la hostilidad hacia occidente, pero esto es una idea un poco aventurada que puede ser cierta o no. Sin embargo lo que si es cierto es que la historia tiene sus ritmos, la historia tiene su propia noción del tiempo y no es la misma que la de los seres humanos. La historia es lenta, pausada y meditada, los humanos somos viscerales y apresurados. Aquí y ahora es todo lo que le importa a la compleja y sencilla mente humana. A veces pienso que en pos de las furutas personas que puedan venir a  asentarse en dicho territorio Sirio sería mejor dejar que la historia continue su curso, que vivan las batallas, que no se intervenga pues eso puede producir un efecto rebote o peor aún, complejo de Dios todopoderoso en aquellos paises que intervienen sabiendo desde primera hora que van a ganar, colocando en el poder a uno u otro dirigente según sus intereses. Baste volver la vista atrás hacia Gadafi, tantas veces aliado tantas veces enemigo.

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