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martes, 18 de septiembre de 2012

La vuelta al cole.

Ohhhh si. La vuelta al cole. El insecticida para todos esos niños con moquitos que corretean por las calles y que te pegan pelotazos. Y entonces piensas, ¡¡Por fin!! Pero luego te pones a pensar en ti mismo, en tus primeros días de cole. Ains que buenos tiempos.

A mi particularmente me encantaba ese olorcito tan característico de los libros nuevos, además siempre miraba el final del libro a ver que es lo que sabría a final de año y si en ese momento entendía algo me sentía el rey del mundo. Tambien recuerdo los días previos a la vuelta al cole, cuando me sentaba con mi padre en el patio a forrar los libros para que no se estropearan ni les pasara nada. Yo en realidad solo miraba, nunca me dejaba hacer nada. Supongo que es de ahí donde me viene mi manía de hacer todas las cosas yo mismo, aunque a mi alrededor se agolpen miles de manos voluntariosas.

Ummm la vuelta al cole, libros, estuches, lapices de colores y tantas cosas por aprender. Lo cierto es que a mi particularmente, hasta que cumplí mas o menos los 15-16 años, el colegio nunca me llegó a gustar, ni a entusiasmar ni nada de nada. Lo pasé bastante mal hasta ese momento, en el cual las hormonas me jugaron una buena pasada y cambiaron para bien mi cuerpo. XD Luego otra vez me putearon.

Pero volviendo a los momentos previos de los 16 años, cuando era un jovencito para nada rebelde y con ideal ultracatólicas en la cabeza. Lo mejor de todo era ese olor a nuevo de todo, ese olorcito a petroleo tratado, se me abre el apetito,(babasss) creo que me apetece un Mcflurry con su petroleo rico. WWWIIII. Lamentablemente creo que ese sentimiento de estrenarlo todo, no volverá, pero no me refiero a mi, que eso está clarísimo que no, a no ser que viaje en el tiempo, cosa imposible ¿o no? umm ya hablaremos de ello en otra entrada un poco mas científica, pero poco. Me refiero a que a día de hoy pocos serán lo pipiolines que podrán estrenar libros, cuadernos e incluso boli bic.

No se si es triste, o en cierto modo alentador que por primera vez en mucho tiempo comience a apreciarse lo que vale el material escolar (no hablo del maldito IVA)me refiero, como no podía ser de otra forma a la reutilización del propio material. Es un derroche tremendo estrenar todos los años mochila, estuche, etc. Un gasto que mi hermana hacía practicamente anualmente, y que yo dejé de hacer, precisamente a partir de los 15 años, donde mi época rebelde y ecológica me despertó un poco a la realidad que se agolpaba alrededor, pero que mis padres se empeñaban en ocultar.

Es facil ocultar la realidad, siempre lo hemos hecho, o nos lo han hecho. Desde que éramos niños la tradición de regalarnos algo el día del cumpleaños de un tal Jesús de Nazaret, se convertía en unos reyes magos, una bruja llamada Befana o en Papa Noel. Cuando somos mas creciditos la realidad se oculta de otro modo, y en los años de crisis era facil ocultarlo. La falta de estudios y de cultura, a la par que de ambiciones era facil esconderla tras 6 horitas en los albañiles para poder comprar un BMW.

Al igual que mi padre me ha transmitido el no dejar hacer cosas a los demás para hacerlas yo, nosotros transmitimos de generación en generación, ese "ocultar la realidad" y lo hacemos a distintos niveles.


Feliz inicio de curso. Tranquilos a los 3 días se curan las ganas de ir.

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