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domingo, 7 de julio de 2013

Cuando el odio es absurdo. Argentina.

Hay veces en las que ese acto tan humano de odiar tiene un origen o una finalidad lógica. Como origen podemos decir que sería un daño que nos han hecho o un acto hostil, como finalidad lógica podríamos mencionar la necesidad de obtener nuevas tierras y para ello se arenga por medio del odio a la población.

El odio individual pocas veces suele tener una finalidad clara, pero si parte de un origen, en otras ocasiones como hemos dicho tiene mas que un origen una finalidad, siendo ese origen creado o inventado. Este es el caso de lo que ha sucedido con la estatua de Colón en Argentina. Básicamente se ha desmontado, como si de un dictador se tratase.

Me resulta cuanto menos una locura que en pleno siglo XXI se quite la estatua del que probáblemente es uno de los 5 hombres mas famosos de la historia, además por algo positivo, con lo cual es algo que no entiendo, por lo menos a primera vista. Pero si lanzamos la mirada a unas tres entradas anteriores a esta veremos cual es la respuesta. Básicamente se busca una finalidad, una finalidad creada por parte del gobernante que lo que busca no es lograr tierras, pero si afianzar su coto de caza particular que es la política.

Si vemos además la historia de la presidenta argentina nos encontramos con una larga trayectoria agarrada al poder, primero de los brazos de su marido y posteriormente por ella misma, pero sin desligarse de la figura del que fue su cónyuge en ningún momento, de vez en cuando se le escapa alguna que otra oportuna lagrimita al recordarlo delante de miles de seguidores.


Es por lo tanto quitar la estatua de Colón un acto en el cual esta mujer, de origen gallego se reivindica como si de una aborigen se tratase, como si el tinte colonialista que poseia la corona española hace cinco siglos continuase vigente. Si fomenta el odio contra el ajeno logra fácilmente que se olvide su gestión. No quiero decir ni mucho menos que el pueblo argentino se deje engañar con facilidad. Aquí en España nos ocurre algo parecido con los casos de corrupción, donde continuamente salen cositas menores para distraernos.

No hay nada nuevo bajo el sol.

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